domingo, 11 de febrero de 2018

La Guerra de Secesión o Guerra Civil Americana


Guerra de Secesión

La Guerra de Secesión (también llamada Guerra Civil Americana) fue el mayor conflicto armado de la historia de Estados Unidos. De hecho, el evento resultó en la muerte de cerca de 970 mil personas, el equivalente al mismo número de norteamericanos muertos en las dos Guerras Mundiales juntas. Los motivos del conflicto fueron las grandes diferencias socioeconómicas existentes entre las provincias del norte y las del sur.

La región norte de Estados Unidos vivía un período de fuerte desarrollo económico e industrial, mientras que los estados del sur todavía eran básicamente agrícolas. Sin embargo, la diferencia fundamental que desencadenó la Guerra de Secesión fue el hecho de la existencia del trabajo asalariado en el norte, en contraste con el sistema esclavócrata del sur.

Abolicionista y defensor de la libertad, el representante del norte Abraham Lincoln fue elegido presidente en 1860, hecho que desagradó mucho a las provincias sureñas. Preocupados por una posible abolición del trabajo esclavo en sus territorios, once Estados se desvincularon de la Unión y proclamaron una especie de nuevo país: los Estados Confederados. Los rebeldes aprobaron con una nueva constitución y establecieron Richmond, en Virginia, como capital.

Hasta entonces, no había motivos suficientes para causar una guerra. A diferencia de lo que muchos piensan, la Guerra de Secesión no fue causada por la simple separación de los confederados, ya que desde el punto de vista constitucional, nada obligaba a un estado a permanecer en la Unión. Lo que inició el conflicto armado fue el ataque confederado Forte Sumter, en Carolina del Sur, el 12 de abril de 1861.

Tal acontecimiento fue causado por el miedo a la propagación del abolicionismo de la Unión en sus territorios. Después de muchas victorias y derrotas de ambos lados, prevaleció la lógica: la Unión ganó. Para tener una idea, de los 31 millones de norteamericanos de aquella época, 20 vivían en los Estados del norte. Además, gran parte de la población del sur estaba compuesta por esclavos que no podían ir a la guerra. Por último, podemos citar otras innumerables ventajas del norte, como el uso de ferrocarriles y la posesión de una fuerza naval fuerte y organizada, por ejemplo.

La guerra terminó en abril de 1865, cuando el general confederado Roberto Lee pidió por términos de la rendición. Aunque el conflicto también alcanzó la economía del norte, los estados sureños fueron los que más sufrieron pérdidas: muchas ciudades y plantaciones fueron destruidas, el problema de la falta de mano de obra pasó a ser crítico y la región perdió completamente su monopolio mundial de algodón.

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